- Por:
- Redacción Fotonatura.org
Una tercera parte de las fotos que aparecen en “La mirada salvaje”, obra de Andoni Canela, son inéditas. Más del 80 por ciento son impresiones de diapositivas escaneadas. Canela no efectuó el cambio de película de emulsión a los archivos digitales hasta 2007.
El navarro Andoni Canela, afincado en Cataluña desde hace muchos años, ha narrado para Fotonatura sus encuentros con 4 de las especies que aparecen en su libro: el lobo ibérico, el oso pardo cantábrico, la perdiz nival y el quebrantahuesos.
El lobo ibérico
“Para hacer fotos de lobo ibérico he dedicado cientos de horas. Sumados, tal vez 90 días. Me he centrado en la Cordillera Cantábrica y en la Sierra de la Culebra. En la primera zona nunca conseguí ver un solo lobo cuando me lo proponía y eso que anduve cerca, en lugares con huellas frescas y donde se habían producido ataques a ganado o avistamientos muy recientes. Si que tuve algún encuentro y logré fotografiar algunos ejemplares, con más de 300 metros de separación, cuando no me lo esperaba, mientras trabajaba con otra especie.
En la Sierra de la Culebra he realizado tres tentativas, de entre dos y tres semanas cada una. En la primera, en 1994, a pesar de la ayuda del legendario Manolín, guarda mayor de la reserva, conseguí ver un lobo el último día a última hora. Las dos ocasiones siguientes fueron días y días de aguardo consecutivo en zonas de paso con el teleobjetivo de 600 mm. montado en la cámara junto con el teleconversor de x1.4 o de x2. En 2002 conseguí algunas fotos crepusculares forzando la exposición a 3.200 ISO. Entonces aún usaba película así que no cuesta imaginar el grano que apareció en los fotogramas. En 2007 pude hacer fotos interesantes después de obtener un permiso para situar un escondite cerca de una carroña abandonada en el monte. En el quinto día de espera apareció un grupo de lobos casi de repente. En otra ocasión, en un lugar de paso, conseguí hacer un retrato de casi cuerpo entero a un lobo alfa gracias al tele de 600 mm. y al multiplicador.”
En la Sierra de la Culebra he realizado tres tentativas, de entre dos y tres semanas cada una. En la primera, en 1994, a pesar de la ayuda del legendario Manolín, guarda mayor de la reserva, conseguí ver un lobo el último día a última hora. Las dos ocasiones siguientes fueron días y días de aguardo consecutivo en zonas de paso con el teleobjetivo de 600 mm. montado en la cámara junto con el teleconversor de x1.4 o de x2. En 2002 conseguí algunas fotos crepusculares forzando la exposición a 3.200 ISO. Entonces aún usaba película así que no cuesta imaginar el grano que apareció en los fotogramas. En 2007 pude hacer fotos interesantes después de obtener un permiso para situar un escondite cerca de una carroña abandonada en el monte. En el quinto día de espera apareció un grupo de lobos casi de repente. En otra ocasión, en un lugar de paso, conseguí hacer un retrato de casi cuerpo entero a un lobo alfa gracias al tele de 600 mm. y al multiplicador.”
El oso cantábrico
“Cinco años he ido a la cornisa Cantábrica a la búsqueda de osos. He cubierto todas las estaciones, incluido el invierno, trabajando en un libro de la especie en colaboración con la Fundación Oso Pardo (FOP). He conseguido en diversas ocasiones hacer fotos de osos, incluso de madres con crías, pero siempre a considerable distancia.
En una de esas veces precisamente, mientras con un guarda de la FOP estábamos tumbados esperando la aparición de una osa y sus oseznos, nos salió por detrás un macho adulto a unos 40 metros. Ni nos vio ni nos olió. Seguía los efluvios de una hembra y fue una aparición fugaz por la cresta que teníamos por encima de nosotros. No tuve tiempo ni de intentar disparar siquiera ya que se salía del encuadre. Tuve la idea de quitar el teleconversor x1.4 en previsión de que volviera. Era una esperanza vana… pero sucedió y esta vez sí; pude disparar y conseguir una fotografía muy rara de oso, un contrapicado extremo y muy cercano”.
En una de esas veces precisamente, mientras con un guarda de la FOP estábamos tumbados esperando la aparición de una osa y sus oseznos, nos salió por detrás un macho adulto a unos 40 metros. Ni nos vio ni nos olió. Seguía los efluvios de una hembra y fue una aparición fugaz por la cresta que teníamos por encima de nosotros. No tuve tiempo ni de intentar disparar siquiera ya que se salía del encuadre. Tuve la idea de quitar el teleconversor x1.4 en previsión de que volviera. Era una esperanza vana… pero sucedió y esta vez sí; pude disparar y conseguir una fotografía muy rara de oso, un contrapicado extremo y muy cercano”.
Los encuentros de Andoni Canela con la fauna salvaje ibérica
Perdiz nival
“He aprovechado los censos que hacen los estudiosos de las perdices niveles durante la época de celo de la especie, siempre en Cataluña y Andorra. Es un trabajo fotográfico que requiere esfuerzo físico y dedicación. Tan sólo en una salida llevé el teleobjetivo de 600 milímetros, un peso muerto cuando tienes que moverte por encima de los 2.500 metros de altitud. En las otras ocasiones he usado el teleobjetivo de 300 mm. junto con el teleconversor x1.4.
La máxima dificultad consiste en localizar a los ejemplares muy mimetizados; tanto cuando son blancos en la nieve o durante el cambio de plumaje estival sobre las rocas grises. A veces he usado la técnica de acercarme poco a poco pero también me ha dado muy buen resultado quedarme parapetado inmóvil tras una roca a la espera de que fueran las perdices las que se aproximaran.
De las perdices nivales tengo tal vez los recuerdos más especiales, de dormir en altura en un vivac rodeado de nieve escuchando movimientos alrededor y sentir sus voces al amanecer. Sabes que pude haber unas 40 perdices en un radio de 100 metros pero luego te costará muchísimo encontrarlas.”
De las perdices nivales tengo tal vez los recuerdos más especiales, de dormir en altura en un vivac rodeado de nieve escuchando movimientos alrededor y sentir sus voces al amanecer. Sabes que pude haber unas 40 perdices en un radio de 100 metros pero luego te costará muchísimo encontrarlas.”
Quebrantahuesos
“Mis primeras fotos de quebrantahuesos las hice en Navarra a comienzos de los años 90. Eran fotos de vuelos. Los primeros intentos con carroña los hice en Aragón. A partir de la introducción de los quebrantahuesos en los Alpes hubo más interés por esta especie y volví a ellos. La portada del libro “La mirada salvaje” es una de la ráfaga de tres fotos en las que atrapé el aterrizaje de un quebrantahuesos. Disparé a máxima apertura (f/4) y a una milésima de segundo, aproximadamente. No lo puedo decir la velocidad de obturación a ciencia cierta porque el original es una diapositiva con la exposición forzada, seguramente a ISO 200. Es una imagen muy contrastada ya que se produjo con los últimos rayos de sol en Ordesa cuando el fondo ya estaba completamente a la sombra. La verdad es que las fotos de vuelo me motivan más aunque tengo algunas fotos de jóvenes en la nieve que también me gustan.”
Los encuentros de Andoni Canela con la fauna salvaje ibérica
Dificultades y retos
A parte de las dificultades propias de lidiar con animales libres y salvajes, Canela también añade la “complicación” en la obtención de permisos para poder fotografiar, por ejemplo, linces ibéricos y urogallos. Reconoce que le ha sido de gran ayuda poder argumentar que tenía encargos de National Geographic o el Magazine de La Vanguardia para realizar esos trabajos.
Pero el verdadero reto fotográfico para Andoni Canela consiste en “obtener una buena fotografía documental, una imagen que explique el estado de una especie en su hábitat natural sin olvidar el componente artístico y el estilo de cada fotógrafo (que, de hecho, queda impreso también en la forma como se logra la foto).” Según escribió hace unos meses en el dominical de La Vanguardia, “no es lo mismo ni tiene el mismo sentido fotografiar un animal salvaje que un animal que vive en un zoológico o en un recinto cerrado (…) Estas fotos preparadas a veces son necesarias para captar primeros planos o detalles de animales, muy útiles en determinados contextos. Pero, en cualquier caso, el lector siempre tiene derecho a saber de qué manera han sido tomadas las imágenes que contempla, a saber qué es lo que cuentan exactamente.”
En este artículo hemos recogido algunas vivencias de fotógrafo con especies más o menos protegidas y con poblaciones escasas, aunque conviene recordar, en palabras Canela, que si bien “las especies más comunes son las más fáciles de localizar, no ofrecen siempre la posibilidad de obtener una buena imagen. La luz, el paisaje y el instante del encuentro son los ingredientes que, sin duda, determinarán la calidad de la fotografía”.
Pero el verdadero reto fotográfico para Andoni Canela consiste en “obtener una buena fotografía documental, una imagen que explique el estado de una especie en su hábitat natural sin olvidar el componente artístico y el estilo de cada fotógrafo (que, de hecho, queda impreso también en la forma como se logra la foto).” Según escribió hace unos meses en el dominical de La Vanguardia, “no es lo mismo ni tiene el mismo sentido fotografiar un animal salvaje que un animal que vive en un zoológico o en un recinto cerrado (…) Estas fotos preparadas a veces son necesarias para captar primeros planos o detalles de animales, muy útiles en determinados contextos. Pero, en cualquier caso, el lector siempre tiene derecho a saber de qué manera han sido tomadas las imágenes que contempla, a saber qué es lo que cuentan exactamente.”
En este artículo hemos recogido algunas vivencias de fotógrafo con especies más o menos protegidas y con poblaciones escasas, aunque conviene recordar, en palabras Canela, que si bien “las especies más comunes son las más fáciles de localizar, no ofrecen siempre la posibilidad de obtener una buena imagen. La luz, el paisaje y el instante del encuentro son los ingredientes que, sin duda, determinarán la calidad de la fotografía”.
MÁS INFORMACIÓN
La mirada salvaje
Editorial Blume. 348 páginas.
Parte de las fotografías pueden verse en una exposición montada, en colaboración con la Fundación Biodiversidad, en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia hasta el 21 de marzo. En el jardín exterior del Museo se exponen 20 fotos en formato gigante.
También es posible recorrer la exposición on line
www.lamiradasalvaje.com
www.andonicanela.com
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